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LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
Gabriel Celaya
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades:
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.
_______________________________________
Algunas reflexiones en torno
a la guerra
por Renato Galicia Brito
(Texto de la conferencia
pronunciada el 20 de octubre de 2006)
Deberé
comenzar por exhibir mis credenciales. No puedo mencionar ningún
título en Sociología o en Historia. Estudio (y padezco)
los avatares de la política como cualquier otro ciudadano.
Soy apenas un mode-sto matemático y, por si fuera poco,
aprendiz de filosofía. ¿A honras de qué -se
preguntarán ustedes- este individuo se planta ante nosotros
para disertar sobre un tema tan espinoso? ¿Cómo
podremos tomar en serio a semejante ponente?
Lo único que puedo aducir es… ven y mira.
Advertencia Pero antes, es mi deber advertir que he decidido evitar
la versión aséptica de la guerra que se proyecta
en los medios masivos de comunicación. Por esa razón,
las imágenes de algunas diapositivas serán extremadamente
fuertes. Si alguien en el auditorio es impresionable, es mi deber
advertírselo desde ahora.
Al
hacer la revisión final del guión de esta plática,
era inevitable percatarse de la reiterada mención de los
Estados Unidos. Y dado que me propongo decir cosas muy fuertes
e incómodas, es mi obligación decir cuál
es el Estados Uni-dos que amo…
Amo, el Estados Unidos de Poe y el de Whitman… el de Helen
Keller y el de Ernest Hemingway… el de Noam Chomsky y Howard
Zinn, el de Rosa Parks y tantos y tantos otros. Por eso, y por
muchas otras razones, escuchar-án a lo largo de esta plática
acres y dolidas críticas a los gobiernos de los Estados
Unidos, pero nunca al pueblo norteamericano y sus más altos
valor-es.
Hablar de la guerra es un tema complejo e interminable, así
que elegí la ruta del recuento y la reflexión sobre
un caso concreto y actual: Las acciones bélic-as en Medio
Oriente, en particular, en Irak y en Líbano.
John Foster Dulles, secretario de Estado norteamericano en tiempos
de Eis-enhower, dijo en cierta ocasión de rara sinceridad,
que "Estados Unidos no tiene amigos, tiene intereses“.
Aún hoy éste es el lema oculto de la política
exterior estadounidense.
Y, a propósito de políticos, Henry Kissinger, de
infaustas acciones, solía br-omear diciendo: “El
noventa por ciento de los políticos le da al otro diez
por ciento una mala reputación” . Y en verdad deberíamos
repetir, junto con Voltaire, que: “Aquellos que pueden convencerte
de creer en absurdos, pueden hacerte cometer atrocidades”
.
Si de atrocidades hablamos, es necesaria la empeñosa labor
de algunos fieles acólitos, con los que podemos armar un
lindo álbum familiar:
Les
presento al general argentino Jorge Rafael Videla, uno de los
artífices de la Guerra Sucia en 1976. A tan sólo
un año del golpe militar, Amnistía Inte-rnacional
estimaba que 15,000 personas desaparecieron y fueron enviadas
a campos secretos de detención. A pesar de que la prensa
norteamericana a-dmitió sus abusos, prefería describir
a Videla como un “moderado” que re-vitalizó
la atribulada economía de la Argentina.
Efraín Ríos Montt, de Guatemala, tenía un
lema: “Un cristiano debe pasear con su Biblia y una ametralladora”…
resultado: 10,000 indios asesinados y 100,000 refugiados en México.
Francois Duvalier, “Papa Doc” y su hijo, Jean Claude
“Baby Doc”, reinaron por 30 años en Haití.
Consentidos por el gobierno de los Estados Unidos, gracias a sus
ideas anticomunistas, lograron reunir una fortuna de $400 mill-ones
de dólares y contabilizar 60,000 haitianos asesinados.
La dinastía Somoza gobernó a Nicaragua por 45 años.
Como los Duvalier, los Somoza se hicieron millonarios expoliando
y masacrando a su pueblo. El pre-sidente Franklin Delano Roosevelt
solía decir: "Somoza may be a son-of-a-bitch, but
he's our son-of-a-bitch." (Somoza será un hijo de
perra, pero es nue-stro hijo de perra)
Rafael Leónidas Trujillo, asesino y violador, dictador
de la República Domini-cana por 30 años. Masacró
a 20,000 trabajadores haitianos, pues los culpaba de la crisis
azucarera. Cuando su régimen se volvió indefendible,
tuvo que ser a-sesinado por la CIA en 1961.
Augusto Pinochet, dictador de Chile, subió al poder con
el aplauso y la subve-nción de la CIA y la ITT. Pese a
los reiterados reportes de tortura y asesinato de decenas de miles
de chilenos, fue receptor de incontables préstamos avalados
por el Congreso de los Estados Unidos.
Ferdinand Marcos, gobernó las Filipinas de 1965 a 1986.
En ese período robó cientos de millones de dólares
y mandó encarcelar y torturar a más de 60,000 personas.
Jimmy Carter lo llamaba un “dictador suave” y George
Bush padre, alababa su “adherencia a los principios y procesos
democráticos”.
Chung Hee, presidente de Corea del Sur de 1961 a 1979, subió
al poder luego de un golpe militar y formó una policía
secreta entrenada por la CIA en técnicas refinadas de tortura.
El General Suharto, tomó el poder en Indonesia el año
de 1965 en un cruento golpe militar, patrocinado por la CIA, y
que significó la muerte de 500,000 p-ersonas. Luego de
20 años, el saldo de su gobierno fue de 750,000 arrestados
y torturados así como un millón de asesinados. Suharto
renunció en 1999 tras incontenibles protestas populares.
Hasta el día de hoy, la Casa Blanca continúa subvencionando
y ofreciendo asesoría militar al ejército indonesio.
El General Sani Abacha dictador de Nigeria. Ha mandado ejecutar
a cientos de opositores y ambientalistas, para proteger los intereses
de la industria petrolera Shell.
Entre 1969 y 1972, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos
bombardeó Cambo-dia, dejando un saldo de 600,000 civiles
muertos, millones de refugiados, y decenas de miles en extrema
enfermedad y pobreza. Los Cambodianos se alin-earon con la guerrilla
de izquierda, el Khmer Rouge dirigida por Pol Pot, quien toma
el poder en 1975. Su actuación como tirano significó
uno y medio millo-nes de personas muertas. Los vietnamitas lograron
sacarlo del poder en 1975. Pese a la distancia ideológica,
el gobierno estadounidense financió las activid-ades del
Khmer Rouge por ser muy conveniente que fueran enemigos de Viet-nam.
Mobutu Sese Seko, presidente de Zaire, uno de los países
con más recursos naturales del África. Se estima
que Mobutu ha logrado reunir una fortuna de 5 mil millones de
dólares y que uno de cada tres niños de Zaire muere
por desn-utrición. De hecho, uno de cada dos niños
de ese país muere antes de cumplir los cinco años
de edad. Mobutu Sese Seko es el africano consentido por la Casa
Blanca, porque abre las puertas sin reservas a las corporaciones
que explotan el cobalto, el cobre y las minas de diamantes. Zaire
es el quinto país más pobre del continente.
De
hecho la lista es muchísimo más larga, pero por
hoy la cortamos con nuestro invitado de honor, el presidente Saddam
Hussein, de Irak. Gran amigo, en su momento, de los Estados Unidos
por su férrea enemistad con Irán, viejo ene-migo
de los Estados Unidos en la región.
Hussein es juzgado, actualmente, por delitos de lesa humanidad:
Los ataques químicos contra los kurdos, la persecución
de los chiítas, el asunto de las fosas comunes, la guerra
contra Irán y la invasión de Kuwait.
Mientras Saddam fue amigo de los Estados Unidos, todo iba como
miel sobre hojuelas, pero las cosas cambiaron en cuanto empezó
a tocar los cruciales inte-reses petroleros. La diversidad de
maneras en que se puede percibir a una persona es fascinante.
Esta caricatura, por ejemplo, muestra a Timothy McVeigh, acusado
y ejecutado por el atentado en Oklahoma de 1995 en el que murieron
168 personas. Y dice:
“Matas a un montón de iraquíes inocentes y
eres un héroe de la guerra del Gol-fo… Matas a un
montón de americanos inocentes y de pronto eres un mal
tip-o… No comprendo.” Y dice el Gral Schwarzkopf:
“Estabas tan bien entrenado, ¿Qué demonios
sucedió contigo, hijo?
Sin duda, el tono irreverente de esta viñeta, nos debería
dejar pensando.
Encontrar las motivaciones de la guerra, necesariamente pasa por
la economía:
La política del transporte,
Trae consigo la política energética,
Acompañada por la política exterior
… Política y economía siempre de la mano,
como le explica este asesor a su presidente:
“Algunos miembros del Congreso están preocupados
de que si hacemos del inglés la lengua oficial de los Estados
Unidos, entonces alguien insistirá en que hagamos de los
números reales la aritmética oficial para calcular
los gastos del gobierno.”
Y, de verdad, ¿en manos de quién están las
decisiones?
Para vencer al terrorismo, dice Bush, no tenemos otra opción
que invadir Afri-ganist, Aphganis, Afga, ¡¡Irak!!
Claro que nunca falta el ingenuo que nos pide que recordemos su
elección “d-emocrática”, pero, una vez
más, llega Ambrose Bierce en nuestro auxilio cuando define
la palabra …
Voto. Instrumento y símbolo del poder de un hombre libre
de mostrarse tonto y arruinar su país.
Urgía encontrar las armas de destrucción masiva
en manos de Saddam para justificar las acciones militares.
Plática amistosa entre Donald Rumsfeld y un asesor militar:
-Parece un montículo…
-Es un camello.
-…de arena iraquí recién removida
-Es un camello.
-…con algo escondido detrás…
-Es un camello.
-…cargas de gas venenoso armadas en Peoria.
-Es un camello.
Y cuando Rumsfeld le estampa la cara en la pantalla:
-Pero… creo que si lo miras desde cierto ángulo...
-La buena política depende de la buena inteligencia.
Claro, que, en ciertos casos, los promotores militares encontrarán
algunas peq-ueñas dificultades:
Estamos creando enemigos más rápido de lo que podemos
matarlos.
El asunto de las supuestas armas de destrucción masiva
en Irak, todos los sab-emos, fue siempre un argumento crucial
para justificar el estallido de la guerra. Pregunta el Primer
Ministro de Inglaterra, Tony Blair: “¿Qué
pruebas tienes de que Irak tiene armas de destrucción masiva?”
Y contesta George Bush: “Cons-ervamos los recibos”.
Antecedentes históricos, los hay, por supuesto. Seguridad
Nacional viene luch-ando contra el terrorismo desde 1492. Pregúntenle
si no a los indios norteame-ricanos.
Luego de los criminales atentados contra los Estados Unidos, apareció
este cartel que vale la pena leer completo. Los terroristas asesinaron
a casi 3000 civiles inocentes el 11 de septiembre de 2001. Eso
no se acerca ni al 1% de la cantidad de ciudadanos vietnamitas
inocentes asesinados por los Estados Uni-dos. Es la cantidad de
niños iraquíes que mueren cada mes debido a las
sancio-nes impuestas por los Estados Unidos, de acuerdo a la UNICEF
y la Cruz Roja Internacional. La misma cantidad de civiles inocentes
murió en los ataques aéreos sobre Afganistán
en los últimos seis meses. El número de palestinos
asesinados por Israel con el apoyo y el armamento de los Estados
Unidos es aún mayor. No podemos ni siquiera comenzar a
contar la cantidad de civiles asesinados en las últimas
décadas por las juntas militares apoyadas por los Est-ados
Unidos en Chile, Argentina, Colombia, el Congo, Uganda, Grecia,
Turquía, Indonesia y muchos, muchos otros países.
Así que, sí. Luchemos contra el terrorismo y la
injusticia. Pero, por favor, comencemos por casa. La violencia
es un boomerang.
Si los círculos de poder político-militar tienen
el control de los medios masivos de comunicación, las contrapropuestas
críticas utilizan la ironía como arma:
Ella no es tu amiga. Es afgana. Estás, ya sea con nosotros
o con los terroristas.
Él no es tu amigo. Es afgano, y peor aún, parece
un terrorista.
Para no perder el tono académico, no podíamos dejar
de citar a Clausewitz, padre de la moderna teoría de la
guerra.
Su consabida frase: “La guerra es la continuación
de la política por otros medi-os” merece ciertas
ampliaciones.
Y es que la guerra es más que un mero camaleón que
sutilmente adapta sus ca-racterísticas al caso dado. Como
un todo, las tendencias dominantes de la guerra forman una trinidad
compuesta de:
1. Violencia primordial, odio y enemistad, que han de ser consideradas
como una ciega fuerza natural.
2. Su elemento de subordinación, como un instrumento de
la política, que la hace sujeta a la razón.
3. El papel del azar y la probabilidad, dentro del cual un espíritu
creativo es libre de vagar.
Esta trinidad se encarna en Pueblo, Gobierno y Mandos Militares.
¿Pueden mis oyentes asignar la correspondencia entre los
triángulos? Tienen unos segundos…
¡Efectivamente!: El pueblo, bien adoctrinado, se encargará
del odio. El gobierno, dará la dirección y los mandos
militares atenderán los imprevistos. ¿No es un modelo
fascinante? Y si además colocamos nuestro triangulito por
debajo de un Péndulo Magnético de Oscilaciones Aleatorias,
podemos vestir la vieja teoría con los encantos seductores
de la física y su tratamiento del caos.
Prosiguiendo nuestro viaje virtual, podemos ajustar nuestro cristal
de aumento, al nivel adecuado a nuestras inquietudes personales.
En primer lugar, la guerra como un ejercicio intelectual.
Tenemos aquí, la fría perspectiva analítica
del costo-beneficio en los asuntos económico-militares.
Se trata de estrategias que bien pueden ser analizadas d-esde
un cómodo escritorio. Se trata de un pasatiempo apto para
jugadores del Age of Empires.
Otra opción es encender nuestro televisor. La guerra al
alcance del comedor.
Hay quien es capaz de almorzar y, al mismo tiempo, mantenerse
informado.
¿Por qué no?, después de todo los colores
son bellos… el espectáculo es inm-ejorable.
Está también la aproximación iconográfica
a la guerra. Bien podríamos atr-evernos a leer… con
el riesgo inevitable de pensar, que ello comporta. Y no hablo
necesariamente de leer libros, como Tagore nos advierte: “Leemos
mal el mundo, y después decimos que nos engaña”.
¿Se puede leer un trapo en blanco a la distancia? ¿No?
¿Ni siquiera con un par de binoculares de última
generación? Disculpen mi ingenuidad. Una bandera blanca,
es una bandera blanca. Creo.
Acaso podríamos atrevernos un poco más… y
sentir. Hablo de la guerra cua-ndo pone a prueba nuestra ética.
Y por último, tenemos también: La guerra como el
ejercicio de nuestra indi-gnación
Pese a todo…
si ponemos las cosas…
… en su adecuado contexto …
podemos continuar. ¿Cómo justificar el horror? Se
puede alegar, por ejemplo, defensa propia ante el temible fundamentalismo
islámico, pero ¿quién habla hoy del fundamentalismo
cristiano? La “estatua de la liberación a través
de Cristo”, en Memphis Tenessee es un buen ejemplo de este
fenómeno. La confusión de los sentimie-ntos patrióticos
con los religiosos es asunto peligroso. Recordemos que en nin-gún
punto de la Constitución de los Estados Unidos se menciona
el cristianis-mo como religión de estado. ¡Cuánta
razón tiene Jean Anouilh cuando exclama: "Todas las
guerras son santas. Los desafío a que encuentren un beligerante
que no crea tener el cielo de su parte." Si queremos conocer
de cerca el Fundamentalismo Cristiano, podemos repasar algunos
de sus argumentos. Dice el reverendo Alton Williams, que los Padres
Fu-ndadores de los Estados Unidos:
1. Nos alertaron sobre las consecuencias de que América
abandonara la religión (particularmente la religión
cristiana)
2. Nos explicaron que nuestras libertades están basadas
en el cristianismo.
3. Creyeron en buscar a Jesucristo para la asistencia a través
de la oración.
4. Creyeron que cuando las naciones pecaron, resultaron calamidades
y destruc-ción.
5. Entendieron el perjuicio del paganismo, el ateísmo y
el deísmo.
6. Creyeron que la religión y la moralidad eran esenciales
para el éxito de Amé-rica.
Y muchos otros argumentos más, que sería redundante
citar.
Los feligreses del pastor Williams son tan sólo un puñado
de entre las muchas manifestaciones chauvinistas que hoy proliferan.
El patrioterismo tiene muchas caras. El diseñador de los
carteles que aquí v-emos, no dudó en recurrir a
modelos artísticos que oscilan entre el realismo socialista
y los viejos carteles de la Alemania nazi.
Es increíble, pero su tono imperativo sigue siendo hoy
muy efectivo:
¡Venga el 11 de septiembre!
¡Detenlo, y el trabajo estará hecho!
Y más: “Peleamos para prevenir esto” Una bota
con la media luna, que pisotea nuestros iconos más queridos.
“Este es el enemigo” ¿Se entiende? El enemigo
es el que profana nuestra reli-gión. Recuerden, por favor,
este último cartel cuando, en el video, aparezca el Corán
profanado en la ciudad iraquí de Fallujah.
Ciertamente, la honestidad no es precisamente un rasgo característico
de la m-ercadotecnia. Pero, ¡sería genial encontrar
cierto tipo de anuncios!
Uno como éste, por ejemplo: Alístate en el ejército.
Viaja a tierras distantes y exóticas; encuentra personas
interesantes y mátalas.
Pero, una vez emprendido el viaje, nos encontraremos algunas expresiones,
como las siguientes:
Es muy importante mantener la moral de las tropas con las citas
adecuadas:
Si no luchas cuando tu victoria sea segura y no muy costosa, puedes
llegar al momento en que tengas que luchar con todos los momios
en tu contra y una precaria oportunidad de sobrevivencia. Puede
haber incluso un caso peor. P-odrías tener que luchar cuando
no haya esperanza de victoria, porque es mejor perecer que vivir
como esclavos. Sir Winston Churchill
¡Será un gamberro aquél que se atreva a objetar
la frase de un líder tan amado e indiscutible!
Siempre fieles. Lema de los marines de los Estados Unidos.
El cielo es luminoso e inspirador, pero, ¿habrá
alguien en cuclillas, apuntado en este momento, que la foto no
logró captar?
Por si a alguien no le ha quedado claro, sigamos leyendo carteles
promovidos por los marines: “Lamentarás haberte metido
con los Estados Unidos de Amé-rica. Porque te pondremos
una bota en el culo. Ese es el estilo americano.” Toby Keith
Y créanme que el estilo lo conozco de cerca. Recuerdo que
hace un par de años, estaba yo en una playa de Texas (en
Galveston, para ser precisos) con unos buenos amigos americanos.
Bellas personas, en verdad. Uno de los invitados, un muchacho
de unos 19 años, nos platica que en una semana más
partirá para Irak, y exclama: “I’m ready to
kick some iraqui asses!”: “Estoy listo para pate-ar
algunos culos iraquíes.”
El estupor es general… nadie dice nada.
No cabe duda. Una cita bíblica a tiempo, puede subir la
moral de los combatie-ntes.
¡Huid de en medio de Babilonia!; Poneos a salvo, para que
no perezcáis a causa de su pecado!
Porque es el tiempo de la venganza del Señor: él
va a darle su merecido a Bab-ilonia. Jeremías 51:6
Observen cuidadosamente a la niñita del cartel en la derecha.
Más adelante v-eremos a unas niñas de carne y hueso,
pero de otra nación aliada.
¡Qué bien cabe recordar a Bierce, cuando define:
Patriota: Alguien para quien el interés de una parte es
superior a la del todo.|| Dícese del embaucado por los
hombres de Estado, y del instrumento de los conquistadores. O,
mejor aún: Patriotismo: Basura combustible a disposición
de cualquier ambicioso que quiera dar lustre a su nombre. En el
famoso diccionario del Doctor Johnson se define el patriotismo
como el último recurso del truhán. Con todo el respeto
que me merece un lexicógrafo ilustre, me atrevo a sugerir
que es el primer rec-urso.
Es el Señor de los ejércitos que pasa revista al
ejército para la batalla.
Ya vienen de un país lejano, desde los extremos del cielo,
el Señor y los instrumentos de su furor para arrasar toda
la tierra.
¡Giman, porque está cerca el Día del Señor
y viene devastador como el trueno del Todopoderoso! Isaías
13: 4-6
Un poco de slang, viene bien en ciertos momentos:
Yeah, estoy sangrando, pero aún estoy de pie y tú
morirás en cuanto nos enco-ntremos. El peor error que has
cometido es haber matado a los nuestros de modo tan malvado. Ahora
estamos encabronados y te vamos a patear el culo. Prepara tu encuentro
con Alá, que rápido te enviaremos. Saludos de los
Mari-nes americanos. Tom Hoefling
Agente
Naranja Pero no todo radica en la moral de los combatientes. Es
necesario echar mano de algunas ayudas adicionales, como el Agente
Naranja, uno de cuyos subpro-ductos es la dioxina. Entre 1961
y 1971, los militares estadounidenses arrojaron 7 millones 131,907
litros de este herbicida, sobre 24,000 kilómetros cuadrados
distribuidos entre Vietnam, Cambodia, Tailandia y Laos, donde
estaba distribuida una población de entre 2 y 5 millones
de personas. Entre sus efectos podemos contar: diabetes, linfomas,
sarcomas, mieloma múltiple, cáncer de pulmón,
cáncer de laringe, cáncer de próstata, spina
bífida, leucemia aguda (para la segunda y tercera generaciones),
cáncer renal, defectos de nacimiento, desórdenes
neuropsiquiátricos y muchos más. Desafortunadamente,
no es fácil el manejo de estas sustancias, y algunos mari-nes
fueron afectados por su uso. Ahora, leamos con cuidado este cartel:
Departamento de Asuntos de los Veteranos (Veterans Affairs)
Al VA le importa.
Para los veteranos de Vietnam y otros veteranos expuestos al agente
naranja:
Registro para exámenes médicos. Elegibilidad especial
para tratamientos médicos. Compensaciones por incapacidad.
Apoyos y Educación. Investigaci-ón.
Para información y asistencia, contacte su centro médico
del Veterans Affairs o su oficina regional.
Y yo pregunto…
¿Les importa
en verdad? ¿Les importa en verdad? ¿Los 180 millones
de dólares en compensaciones que recibieron los excombatientes
americanos en Vietnam, son suficientes para pagar las consecuencias
genéticas sobre sus hijos y sus nietos?
Lo digo porque hay algo que no les importa en absoluto. De sobra
está decir que no ha habido ni una sola compensación
al pueblo vietnamita.
Y a nosotros, ¿nos importa? Hoy día, el número
de malformaciones genéticas en Vietnam a causa de la contaminación
por dioxina es el más alto del mundo.
Uranio
empobrecido Pero, ¿para que recordar historia antigua,
si el avance de la ciencia es implaca-ble? Hoy contamos con armas
más letales. Como los proyectiles a base de ale-aciones
con desechos radiactivos, que tienen una triple ventaja: UNO:
Penetrar un tanque blindado como si fuera mantequilla, DOS: Tener
propiedades incen-diarias y TRES. Tener una vida media de 4,500
millones de años.
Tabla Era necesario encontrar algún uso económico
para los crecientes depósitos de desechos nucleares (1
millón 188,273 toneladas, para el año 2002), así
que “la mejor opción” tenía que ser
militar.
Su uso en Irak, ha provocado un crecimiento de entre el 400% y
el 600% en las deformidades al nacimiento.
El cáncer en Irak se ha incrementado entre un 700% y un
1000%.
En Bagdad se han registrado niveles de radiación hasta
2000 veces más altos de lo normal.
Con imágenes como éstas, sólo me resta decir…
Si en este punto no te sientes indignado, entonces no estás
poniendo atención.
Pero pasemos a revisar el caso de otra región:
Cuando más se recrudecían las acciones bélicas
de la última guerra en Líbano, en las Naciones Unidas
se clamaba por un inmediato cese al fuego.
Esta portada del periódico inglés The Independent,
es más que elocuente. ¿Q-uién apoya el inmediato
cese al fuego en el Medio Oriente?
Koffi Annan, hablando por las Naciones Unidas, dijo: “El
castigo colectivo del pueblo libanés debe parar”.
“Lo que se necesita urgentemente es el cese inmediato de
las hostilidades”.
Margaret Beckett, secretaria del Exterior en el gobierno de Tony
Blair, se dirige al gabinete inglés y exclama: “Lo
que el pueblo realmente está diciendo es que quiere el
cese al fuego con cohetes aún dirigiéndose a Israel”.
Pero, en las Naciones Unidas, 189 países votaban por el
alto al fuego.
3 países se imponían con el no. Con el poderoso
veto de los Estados Unidos.
El aplastante poderío militar israelí, habría
de seguir implacable contra Líbano.
Y en este punto, si se me permite el anacronismo, podríamos
citar a la inefable y difunta Golda Meir, primera ministra de
Israel entre 1969 y 1974. Leamos con cuidado esta sabia frase,
señoras y señores:
“Sólo puede haber paz, cuando ellos comiencen a amar
a sus hijos más de lo que nos odian”.
Veamos, señora Meir, lo que hoy día hace su sucesor,
Ehud Olmert:
¿Recuerdan, estimados oyentes, a la niña del cartel
americano? ¿No es impre-sionante su parecido con estas
niñas israelíes escribiendo dedicatorias sobre las
bombas que pronto habrán de arrojar sus mayores sobre Líbano?
Aquí tienen ustedes a los destinatarios de los mensajes
en las bombas.
¿Cómo dijo, Primera Ministra Meir? ¿“Sólo
puede haber paz, cuando ellos comiencen a amar a sus hijos más
de lo que nos odian”?
Discúlpeme señora Meir, pero estoy confundido. Disculpe
que la moleste en su tumba, pero no comprendo muy bien. Mire usted
con cuidado a los niños y jóvenes libaneses que
acaban de recibir el mensaje de sus compatriotas.
Nos está diciendo, señora Meir, que “ellos”,
los árabes, ¿no aman a sus hijos? Supongo que será
con las bombas israelíes incendiarias, o de racimo, que
el milagro se opere.
O acaso, si vamos por ellos a la escuela, los tengamos que sacar,
un poco por la fuerza, es cierto, a un tour educativo para que
tomen sus clases de inglés por las calles, cuando lean:
“Kill all Arabs”: Maten a todos los árabes.
O podemos despertar, a la mitad de la noche, a las niñas
palestinas. Despertarl-as, digo, con obuses de tanques israelíes,
para que practiquen el amor filial, al conducir al hermanito,
de seis meses de edad, a un hospital en la Franja de Gaza.
Podemos, acaso, preparar el escenario pertinente para los juegos
infantiles lib-aneses o, mejor aún, sorprenderlos llevándoles
a casa el zoológico, previo b-ombardeo del mismo.
Podemos fomentar el amor filial, acribillando por las calles a
los jóvenes cuando son acompañados por sus padres.
¿Es esa la lección de moralidad que pretende darnos,
señora Meir con su dichosa frase?
Y luego, nos podemos sorprender, y condenar a los niños
palestinos, por ser expertos tirapiedras… por ser futuros
terroristas.
Terroristas, sí, tal y como en su momento nos puso el ejemplo
el ex primer ministro de Israel, Ariel Sharon: “Los árabes
tendrán el petróleo, pero nosotros tenemos los cerillos.”
Supongo que urge civilizar a los árabes. Aunque para ello
sea necesario asesinar a una madre frente a los ojos de su pequeño
hijo. O llevar a rastras a los jóv-enes, para que aprendan
de una vez por todas que el peor de los terrorismos, es el terrorismo
de estado.
En un avance radical de la guerra de Israel contra el terrorismo,
dice Ariel Sha-ron en esta caricatura:
“Acabamos de adquirir esta arma inteligente super nueva
que puede identificar, instantáneamente, a los peores terroristas
y matarlos de inmediato.”
Los pilotos israelíes, pueden hacer gala de sus habilidades,
confundiendo una ambulancia con el tiro al blanco de una feria.
Pero, por favor, no pregunten por socorristas ni pacientes a bordo.
“Todo está ardiendo, de cualquier modo”, nos
podría replicar Ariel Sharon
Que nos quede claro a todos, que en esta guerra, a nadie le interesa
la verdad, así que es innecesario ofrecer servicios periodísticos,
so pena de que los expertos tiradores, practiquen el tiro al blanco
desde sus helicópteros.
Mientras tanto, ya que hablamos de medios de comunicación,
los civiles pod-emos instalarnos cómodamente ante el televisor
para desconectar la neurona
Podemos conectarnos a la televisión por cable, y desinformarnos
con Fox News y CNN, mientras el mundo se desangra.
Podemos confiar en los medios: “Siempre listos con nuevas
y mejores vías para no ver lo que tenemos enfrente”.
Podemos hacer la siguiente promesa: “Guerra es Paz. Esclavitud
es Libertad. Ignorancia es Fuerza”. En este punto cabe citar
al escritor uruguayo Eduardo Galeano:
“La economía mundial es la más eficiente expresión
del crimen organizado. Los organismos internacionales que controlan
la moneda, el comercio y el crédito practican el terrorismo
contra los países pobres, y contra los pobres de todos
los países, con una frialdad profesional y una impunidad
que humillan al mejor de los tirabombas”.
O podemos consultar de nuevo a Bierce cuando define:
Comercio: Tipo de transacción en la que A saquea a B los
bienes de C y, en compensación, B mete la mano en el bolsillo
de D y roba el dinero de E.
O, mejor aún, podemos atrevernos a examinar nuestros propios
hábitos de con-sumo.
Bierce escribió hace exactamente 100 años, con una
clarividencia extraordinaria, la siguiente definición de
…
Corporación: Ingenioso dispositivo para obtener ganancias
sin responsabilidad individual.
Hay que decirlo:
La globalización se come la visión.
La resistencia hace que la visión se torne verdadera.
El disenso es la forma más alta del patriotismo.
Por otra parte, ¿exagero si reconozco algunas características
fascistas en el régimen de Bush? En un estudio comparativo
entre los regímenes de Hitler, Mussolini, Franco, Suharto
y Pinochet, un experto en regímenes fascistas, el Dr. Lawrence
Britt, publicó en la revista Free Inquiry las catorce características
del fascismo. Leamos con cuidado:
1. Nacionalismo exacerbado. Ubicuidad de banderas, lemas y símbolos.
2. Desdén por el reconocimiento de las derechos humanos.
So pretexto de causas de seguridad nacional, y para perseguir
a los enemigos, se aprueban persecuciones y encarcelamientos sin
los debidos juicios públicos.
3. Identificación de enemigos y chivos expiatorios como
causa unificadora.
4. Supremacía de los militares y financiamiento desmedido
de sus actividades.
5. Sexismo rampante. Roles de género rígidos y tradicionalistas.
Homofobia.
6. Control de los medios masivos de comunicación. Censura,
especialmente en tiempos de guerra.
7. Obsesión con la seguridad nacional. El miedo como herramienta.
8. Religión y gobierno entrelazados. Uso de una retórica
religiosa.
9. Protección de las grandes corporaciones. Relaciones
mutuamente beneficiosas entre gobierno y grandes negocios.
10. Represión o, mejor aún, supresión de
sindicatos.
11. Desdén por los intelectuales y las artes. Hostilidad
a los centros de estudios superiores. Censura y arresto de académicos.
12. Obsesión con crimen y castigo. Abusos policíacos
y reducción de las libertades civiles con argumentos patrióticos.
13. Amiguismo rampante y corrupción. Protección
e impunidad auspiciadas desde el gobierno.
14. Elecciones fraudulentas. Manipulación de los medios
de comunicación y legisla-ción ad hoc al conveniente
conteo de votos.
Podría mencionar en el gobierno de Bush al menos un ejemplo
para cada uno de los catorce puntos anteriores, pero sigamos adelante
con los casos más graves asociados a las acciones militares.
¿Qué nos revelan las fotos que se filtraron a la
prensa desde la prisión de Abu Ghraib en Irak?
¿Se trata de un caso aislado, o del empleo sistemático
de la tortura bajo la con-ducción de los mandos militares
estadounidenses?
Aún cuando algunos de estos carceleros han sido juzgados,
las penas no fueron suficientemente severas y la investigación
a los mandos militares fue una verd-adera farsa.
¿Qué podemos leer en esta sonrisa?
Y, ¿qué debemos interpretar en estas caras de satisfacción?
¿La seguridad de que no quedará ninguna huella?
… ¿de que es posible borrar todos los rastros?
¿No cimbran estos hechos lo que, pese a todo, sustenta
a una cada vez más d-esprestigiada “democracia”?
Y, ¿qué decir de la ilegal toma de prisioneros en
diversos países del mundo, asunto que ha sido ampliamente
documentado por Amnistía Internacional?
y ¿los vuelos secretos de la CIA, transportando por diversos
países de Europa y otros más, a prisioneros tomados
en la Guerra contra el Terror?
Se ha perdido una de las tradiciones más añejas
del derecho en Occidente…
… el Habeas Corpus, garantía constitucional diseñada
para proteger a cualquier acusado de abusos de autoridad y que
le da el derecho a un juicio público e imparcial en el
que pueda defenderse.
Bienvenidos a la prisión militar estadounidense de Guantánamo,
en Cuba. Tie-rra de nadie en el aspecto legal.
El pie de foto dice: “Han transcurrido tres años
y medio desde la llegada de los primeros detenidos.
Guantánamo Bay sigue siendo una vergüenza para los
Estados Unidos y para los gobiernos del mundo que no han tenido
el valor de protestar en su contra.
De poco han servido los innumerables artículos, libros,
declaraciones y docu-mentales de denuncia.
Desde el 2002, alrededor de 750 hombres de más de 35 países
han sido ileg-almente detenidos en la base naval de Guantánamo.
Algunos de ellos ni siquiera saben aún de qué se
les acusa.
El letrero de esta caricatura dice:
“Campo de Rayos X en Guantánamo Bay. Todo el equipo
y las prácticas cum-plen con los altos estándares
dobles de los Estados Unidos.
Personal americano, limpiarse los pies antes de entrar …
utilizando como tap-ete la Convención de Ginebra”.
Cuando el Teniente Josh Rushing, vocero del Pentágono,
recibió en el 2004 un documental sobre los soldados americanos
muertos o heridos en Irak, exclamó: “Esto me hace
odiar la guerra, pero no me hace creer que estamos en un mundo
que pueda vivir sin la guerra”.
Por contraste, en estos carteles contra el reclutamiento, podemos
leer:
“No puedes ser todo lo que puedes ser si estás muerto.
Hay otras maneras de servir a tu país. Hay otras maneras
de obtener dinero para la universidad. Pién-salo”…
“Oh boy! De seguro esto es algo por lo que vale la pena
trabajar”.
Ciertos datos estadísticos están escrupulosamente
estudiados y correlacionados con las decisiones tomadas desde
la Casa Blanca.
El Washington Post, por ejemplo, tiene un tristísimo servicio:
Mantener actualizada la lista de los caídos en batalla.
2656 en la operación L-ibertad Iraquí y 330 en la
operación Libertad Duradera, hasta el 13 de septie-mbre
de 2006.
Hay sin embargo, otros servicios que es posible encontrar en Internet.
Una cínica declaración del general Tommy Franks,
del Comando Central de los Estados Unidos en Irak, no puede sino
dejarnos helados: “Nosotros no hac-emos conteo de cuerpos”.
Declaraciones como éstas, pronto incitarían a la
cre-ación de páginas en la red como Iraq Body Count,
desafortunadamente, no act-ualizada desde hace mucho tiempo.
Sin embargo un complejo estudio estadístico, publicado
el 11 de octubre del 2006, y auspiciado por la prestigiada Escuela
de Salud Pública “Johns Hopkin-s”, llegó
a la conclusión que transcribo a continuación:
“Tantos como 654, 965 más iraquíes de lo que
se pudo haber esperado bajo condiciones de pre-guerra, pueden
haber muerto desde que comenzaron las hostilidades en Irak, en
marzo de 2003 …”
Entre paréntesis, este estudio fue acremente criticado
por Bush, pese a que usó la misma metodología avalada
por la CIA en otras circunstancias más conveni-entes para
ellos.
Por otro lado, un poco de economía nunca está de
más. Una organización ame-ricana, el “Proyecto
de Prioridades Nacionales”, se encarga de mantener actu-alizado,
¡al segundo!, el gasto militar del Pentágono en Irak.
Mi consulta, el 19 de septiembre del 2006, aparece con la siguiente
cantidad:
El costo de la guerra en Irak, hasta ese momento, fue de $ 315,
951 millones 63, 841 dólares.
Observen, por favor, el reloj en la parte inferior derecha de
la pantalla: 9:36 PM.
9:37 P.M. El costo se ha elevado a $ 315, 951 millones 285, 427
dólares.
Con esta misma cantidad, se podría haber contratado a 5
millones, 475, 474 maestros adicionales en escuelas públicas,
por un año.
A la velocidad del rayo, tecleo mi calculadora, para atender a
los curiosos:
Puedo decirles que la diferencia, en un minuto, fue de: $221,600
dólares.
9:38 P.M. El costo se ha elevado a $ 315,951 millones 419,430
dólares.
Con esta misma cantidad, se podrían haber construido 2
millones 844,845 casas adicionales.
En esta ocasión la diferencia fue de “tan sólo”
$ 134,000 dólares, pero es que no tuve el cuidado de esperar
a que el minuto se cumpliera.
Fallujah Pero, para que la economía no nos haga perder
la perspectiva humana, los inv-ito a que veamos un extraordinario
documental de la Radio Televisión Italiana.
Video
Fallujah: La Masacre Escondida
por Sigfrido Ranucci En un panorama tan desolador, ¿existen
caminos alternativos? ¿Por donde queda la ruta de la paz?.
Acuden a nuestra memoria los entrañables Martin Luther
King y Mahatma Gandhi, pero quisiera compartir con ustedes un
par de casos emblemáticos, pero mucho menos conocidos.
En esta portada de la revista Time, aparecen los Hermanos Berrigan:
Dos sacerdotes católicos que enfrentaron la guerra de Vietnam
con sus propios medios no violentos.
Phillip Berrigan (sacerdote josefita) veterano de la Segunda Guerra
Mundial, se presentó en una oficina de reclutamiento en
Baltimore, Maryland, manchó los registros con sangre y
esperó a ser arrestado. Junto con otros activistas, se
les sentenció a penas de entre dos y seis años en
prisión.
Se calificaría a los hermanos Berrigan como “Desarmados
y peligrosos”… muy pronto se uniría a la causa
su hermano Daniel, un sacerdote jesuita, ate-rrado luego de ser
testigo presencial de los bombardeos en Vietnam. Los dos hermanos
quemaron públicamente ante la prensa los registros de la
oficina de reclutamiento en Catonsville, Maryland.
Daniel
escribiría en prisión:
Nuestras disculpas, buenos amigos, por la fractura al buen orden,
la quema de papel en lugar de niños, y el hacer enojar
a los cuidadores de la antesala del cementerio. No podíamos,
Dios nos asista, hacerlo de otra manera. N-osotros decimos: matar
es desorden. La vida, la gentileza, la comunidad y el desinterés
son el único orden que reconocemos. Por tal orden, arriesgamos
nuestra libertad y buen nombre. Ha pasado el tiempo cuando los
hombres permanecían en silencio, cuando la obediencia podía
segregar a los hombres del riesgo público, cuando los pobres
podían morir sin defensa.
Eventualmente, Daniel Berrigan publicaría un libro en co-autoría
con Thich Nhat Hahn, un moje budista vietnamita, propuesto por
Martin Luther King para el Premio Nobel de la Paz.
Permítanme contarles ahora, la historia de la activista
norteamericana Rachel Corrie. Su brevísima vida, es muestra
de un extraordinario coraje en la lucha por la paz.
A los 23 años de edad, decidió incorporarse al Movimiento
Internacional de Solidaridad y viajó a los territorios
ocupados en Palestina, para conocer de cerca los padecimientos
de ese pueblo.
Llega a finales de enero del año 2003 y participa en varias
manifestaciones en la Franja de Gaza.
Pronto
decide convivir con una familia árabe y compartir con ellos
su vida cotidiana de carencias y un asedio constante de las fuerzas
de ocupación. Casi desde su llegada escribe incansablemente
correos electrónicos a sus familiares y amigos en los Estados
Unidos, reportando las difíciles condiciones de vida del
pueblo palestino. De sus muchos correos, escogí este, porque
nos transcribe una maravillosa carta que recibió de un
soldado israelí. Rachel escribe así el 8 de febrero
de 2003:
He recibido un número de respuestas concienzudas al correo
electrónico que envié anoche, la mayoría
de las cuales no he tenido tiempo de responder hasta ahora. Gracias
a todos por darme coraje, por sus preguntas y sus críticas.
La respuesta de Daniel fue particularmente inspiradora y merece
ser compartida. La resistencia a la ocupación del pueblo
judío israelí y los enormes riesgos tomados por
aquellos que se rehúsan a prestar el servicio militar israelí,
ofrecen un ejemplo, especialmente para aquellos de nosotros que
vivimos en los Estados Unidos, sobre cómo comportarse cuando
uno descubre las atrocidades que se cometen en su nombre. Gracias.
Correo recibido por Rachel el 7 de febrero de 2003:
Soy un sargento primero de la Reserva en las Fuerzas de Defensa
de Israel (FDI). Las prisiones militares se están llenando
con objetores de conciencia. Muchos de ellos son reservistas con
familia. Éstos son hombres que han prob-ado su coraje bajo
fuego en el pasado. Algunos han estado en la cárcel por
más de seis meses sin un fin de su sentencia a la vista.
La cantidad de ausentes sin permiso oficial de retiro y el número
de rechazos a servir en el ejército no tiene precedente
en nuestra historia como nación. Así sucede también
con los que se rehúsan a ejecutar órdenes que impliquen
dispa-rar sobre objetivos donde civiles pueden ser lastimados.
En un tiempo como el de ahora en Israel, cuando los trabajos son
escasos y la gente pierde sus casas y negocios en aras de la vendetta
de [Ariel] Sharon, muchos soldados de carrera, (entre ellos, pilotos
y personal de inteligencia) han escogido la cárcel y el
des-empleo, por encima de lo que ellos sólo pueden describir
como asesinato. Se supone que yo sirvo al Departamento de Justicia
Militar. Es mi trabajo per-seguir a los soldados desertores y
traerlos de vuelta. No me he reportado al tra-bajo en 18 meses.
En su lugar he estado usando mis talentos y credenciales para
documentar en video y ver con mis propios ojos lo que los miembros
del Movimiento Internacional de Solidaridad y de otras organizaciones
internacio-nales claman que han sido las actividades de mis paisanos.
Amo a mi país. Creo que Israel se encuentra bajo el liderazgo
de gente muy mala en este momento. Creo que los colonos y la policía
local están coludidos y que la policía fronteriza
ha tenido actuaciones nefastas. Son la vergüenza del 40%
del pueblo israelí y lo serían del 90% de la población
si supieran lo que sabemos.
Tohar Haneshek
“la pureza de las a-rmas”
Atah Me Tachat Degle Shachor
“estás obedeciendo órdenes inmorales”
Degle Shachor
“bandera negra” Por favor, documenta tanto como puedas
y no embellezcas nada con escritura creativa. Aquí los
medios de comunicación son un agente de control muy con-vincente.
Envía esto por carta a tus amigos. Hay muchos soldados
que prestan sus servicios en los territorios ocupados y que les
enferma lo que ven.
Hay un código de honor en las Fuerzas de Defensa de Israel.
Es llamado “tohar haneshek” [toujar hanishek]. Es
lo que le decimos a un camarada que está a punto de hacer
algo horrible, como matar a un prisionero desarmado u obedecer
una orden que viola la decencia. Significa literalmente: “la
pureza de las armas”.
Otra frase que le habla a un soldado en su propio lenguaje es:
“degle shachor” [diguel shahor] que significa “bandera
negra”. Si dices “Atah Me Tachat Degle Shachor [ata
me tashat diguel shahor], significa: “estás obedeciendo
órdenes inmorales”.
Frases como éstas son muy impactantes cuando se escuchan
de labios de “extr-anjeros tontos y desorientados”.
Siempre que puedas, intenta entablar conversación con los
soldados. No com-etas el error de objetivizarlos, como ellos te
han objetivizado a ti. El respeto, o su contrario, dependen de
si te merecen, o no. Estás haciendo algo bueno y te agradezco
por eso. Paz, Danny.
A partir de ese momento, Rachel Corrie se incorpora a un activismo
más dire-cto. En particular para evitar la destrucción
de casas palestinas arrasadas con bulldozers israelíes.
El 16 de marzo de 2003, Rachel Corrie intenta defender la casa
de la familia de un médico palestino, armada con un altavoz
y una enorme valentía.
Pero el militar israelí que conduce el bulldozer, embiste
sin piedad el aparato sobre Rachel, sin importarle que hubiera
testigos documentando el artero ase-sinato.
Una ambulancia palestina la trasladó al hospital, donde
fue imposible salvar su vida.
La reacción del gobierno norteamericano, obvio, fue de
un mutismo total.
Rachel Corrie, amo tu América.
Bush: ¿qué decir de ti y de tu amigo Sharon?
Pero no hubo que esperar mucho para que llegaran las celebraciones
de sus detractores:
Una “simpática” definición de Estupidez:
Calidad o condición de ser estúpido. Acto o idea
estúpida. Sentarse frente a un bulldozer para proteger
a una pandi-lla de terroristas.
O bien, este “ingenioso” anuncio de panqués…
O este anuncio del modelo de bulldozer Loonie-Leveler 4000 RC:
¿Tarde al trabajo debido a los protestantes? ¿Las
manifestaciones callejeras te impiden llegar a casa para mirar
el canal Fox? ¿Están operando los terroristas a
las afueras de una casa cercana a ti?
¡El Loonie-Leveler 4000 RC es justo lo que necesitas! Su
construcción a base de acero garantiza la distribución
uniforme del más obstinado de los manifest-antes. Además,
el acabado de revestimiento en polvo, hace la limpieza en un instante.
O, por ejemplo este sensible texto de la autoría de algún
sionista:
“Santo Panqué. Nunca olvidaremos el día en
que un bulldozer israelí estrujó y exprimió
tu mente enferma. In memoriam”.
La breve vida de Rachel Corrie es polémica porque para
muchos es inadmisible que haya protestado contra su propio gobierno,
compartiendo las expresiones de rabia al lado de los palestinos.
En torno a este punto, suscribo la frase de Edward Abbey: “Un
patriota debe estar siempre listo para defender a su país
contra su gobierno”.
Luego de su asesinato, se lloró intensamente por Rachel
en las ciudades de Ga-za y Ramallah.
Se oficiaron actos solemnes en su ciudad natal. En la manta del
fondo podemos leer: “Rachel, tu coraje, tu espíritu
de resistencia y tu gozo por la vida nos ins-pirarán por
siempre para manifestarnos por la paz y la justicia”.
Se escribió una obra de teatro, “Mi nombre es Rachel
Corrie”, escenificada con gran éxito en Inglaterra
pero, pueden ustedes suponerlo, fue censurada por un tiempo en
los Estados Unidos.
Lo menos que podemos hacer, es seguir contando su historia.
¿Por
qué no atrevernos a hablar con la verdad? Así lo
hace “Combatants for Peace” (Combatientes por la Paz),
una extraordinaria organización de ex-militares judíos
y guerrilleros palestinos que deciden romper con el ciclo de violencia.
Se reúnen periódicamente, se confiesan unos a otros
las atrocidades que fueron capaces de cometer en el pasado y ejercen
el perdón promoviendo la paz en sus respectivos pueblos.
Por eso me uno al Nobel José Saramago, y digo junto con
él …
Eles querem a guerra,
mas nós não
os vamos
deixar em paz.
Eles querem a guerra, mas nós não os vamos deixar
em paz.
Ellos quieren la guerra, pero nosotros no los vamos a dejar en
paz.
Gracias.